Quiero expresar en versos
los sentimientos que llevo
al devolver el tiempo
y sacar mis recuerdos.
Tesoros que en silencio
susurran desde mis adentros,
por más que los deje quietos.
Me grita la alegría,
compañera constante,
que ni de noche ni de día
perdía un instante.
Al brincar, al correr,
al jugar y al comer.
Al pasear y al compartir
los momentos de mi vivir.
Pide su turno el amor
que siempre me rodeó.
Los abrazos, las caricias,
las ternuras ¡qué delicia!.
Si todo esto era especial
para una niña singular
que reía a carcajadas
al son de sus miradas.
Dulces eran las horas
de los tiempos sin demoras,
donde la vida era fácil
porque todo estaba ahí,
aunque la realidad era frágil
¡nunca lo presentí!.
No me olvido del dolor
que causó el triste adiós
de abuelos y de amigos
que no están en el olvido.
Pero la vida marcaba
la marcha en su mirada
y otros tantos nacían
llegaban y vivían
mientras éstos se morían.
Y qué más decir
de este tiempo infantil
donde un dulce espejo
me rodeaba a lo lejos,
donde realidad y fantasía
eran amigas mías,
donde odio, rencor y desprecio
todavía guardaban silencio.
los sentimientos que llevo
al devolver el tiempo
y sacar mis recuerdos.
Tesoros que en silencio
susurran desde mis adentros,
por más que los deje quietos.
Me grita la alegría,
compañera constante,
que ni de noche ni de día
perdía un instante.
Al brincar, al correr,
al jugar y al comer.
Al pasear y al compartir
los momentos de mi vivir.
Pide su turno el amor
que siempre me rodeó.
Los abrazos, las caricias,
las ternuras ¡qué delicia!.
Si todo esto era especial
para una niña singular
que reía a carcajadas
al son de sus miradas.
Dulces eran las horas
de los tiempos sin demoras,
donde la vida era fácil
porque todo estaba ahí,
aunque la realidad era frágil
¡nunca lo presentí!.
No me olvido del dolor
que causó el triste adiós
de abuelos y de amigos
que no están en el olvido.
Pero la vida marcaba
la marcha en su mirada
y otros tantos nacían
llegaban y vivían
mientras éstos se morían.
Y qué más decir
de este tiempo infantil
donde un dulce espejo
me rodeaba a lo lejos,
donde realidad y fantasía
eran amigas mías,
donde odio, rencor y desprecio
todavía guardaban silencio.