jueves, 21 de febrero de 2008

DESLEALTAD... INFIDELIDAD... ES UN ERROR QUE COMETEMOS CON NOSOTROS

puedo decir que uno de los momentos en que una persona se siente más frustrada es cuando no es fiel a si misma. Es frustrante, claro, el hecho de tener un objetivo y no cumplirlo por culpa propia, ser quien sabotea ese fin. Es una actitud ambigua: Por un lado, muestra una persona (o personalidad mejor dicho) poco segura de sí. Por otra parte…es un acto demasiado (desde mi punto de vista) egoista. No recuerdo haber sido infiel a mis convicciones. Es lógico que asociemos la infidelidad con la pareja, el hecho de serle infiel a quien amamos. La pregunta, la primera que me planeteo es: ¿Realmente amamos a alguién a quien no le somos fieles? No es una respuesta, pero, a modo de ejemplo, planeteo lo siguiente: Si mi objetivo en la vida es ser Licenciado en Administración…¿estoy siendo fiel a mis sentimientos si no estudio? No. Sin dudas…no. En el amor, o en las relaciones interpersonales, pasa lo mismo. En lugar de prometer amor…o demostrarlo al menos…y luego actuar de manera infiel es un hecho que, en lugar de “enorgullecer” (lo pongo entre comillas porque no entiendo cual es el punto en que, ser infiel a un sentmiento nos enorgullece) debería darnoS lástima…vergüenza…pudor…una sensación de impotencia poco comparable con otros sentimientos. En el plano afectivo, no he sido infiel. No es mi estilo. Cuando miro a alguien a los ojos y le digo que la quiero, o que lo quiero en caso de un amigo, un familiar, soy 100% fiel a eso. Se supone, reitero, se supone, que un sentimiento de fidelidad, es aquel que hacemos por propia voluntad, no aquel que hace que muchos digan…no…no puedo hacer tal cosa porque estoy pololiando…o casado….o lo que fuere. Me niego rotundamente a pensar como esa gente. Estimo que una de las peores posturas de una persona es la falta de predisposición y actitud a la hora de encarar lo que fuese. Habla de una persona poco valiente aquella que, en lugar de enfrentar la situación diciendo, no te quiero más, se cree mas (si…lamentablemente mucha gente se cree mas…) por estar con otra persona y ser infieles a aquella persona que con total descaro miran a los ojos y le dicen, por ejemplo, te amo. No lo veo justo para ninguno de los dos. Es una actitud miserable, de la que pido a Dios no formar parte en mi paso por esta vida. Yo prometo y cumplo. Cuando no cumplo, es porque es imposible hacerlo. Con esto que dije recién, no tengo intención de excusarme. Jamás podría mirar a alguien a los ojos y decirle que lo quiero y que soy fiel a ese sentimiento (porque, a no confundir, uno es fiel al sentimiento, no a la persona) y, a sus espaldas, actuar en contrario. Es tan contrastante como si fuera de mi casa fuese una persona super amable y al llegar a mi casa me convierta en un ogro. Para eso, es preferible que seas un ogro siemrpe. Esa será tu forma de ser y, sin dudas, alguien te querrá así. Pero hay cosas que tenemos que tener presentes: La gente no cambia, solo crece. Los sentimientos no están planeados, susceden. Y no hay primavera que no alivie un largo invierno. Como un resumen, podría citar una frase propia (aunque suene ególatra) “En lugar de serte infiel, prefiero no ser nada para ti” Es así como yo resumo la infidelidad. Porque hay algo de lo cual estoy segura. Yo soy libre de querer a quién quiera, cuánto y cómo quiera. Pero si hay algo, sobre lo que no tengo el más mínimo derecho, que es sobre los sentimientos de los demás. Herirlo a el sería lastimarme a mi. Yo se cuanto duele estar lastimada. ¿Por qué actuar así? Claro que no seremos mejores ni peores personas siendo o no fieles. Lo que si se es que dormiremos todos un poco más tranquilos. Hace falta tener una conciencia infima para no pensar en esa persona que espera volver a verte con ansias, mientras estás traicionando su confianza, en su fe. Yo creo que todos podemos aportar lo nuestro. La verdad es que no creo que muchos quieran. Y otra cosa: “Tarde o temprano, veremos en esta vida que no es más que un es espejo nuestro, reflejados nuestros actos de mala fe”.
la opinión de la gente que no conozco, solo me importa cuando es constructiva, si es destructiva…no es una opiníón…es una difamación” Y yo no acepto que me difamen. Quereme como soy o no me quieras, está en ti. Yo se cuanto tengo para dar…y se hasta donde. Pero también se que cuando no se puede más, antes de tomar cualquier camino, es necesario frenar.