domingo, 11 de enero de 2015

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No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así tu lo exiges. Si observas tu vida encontrarás muchas excusas para sufrir, pero ninguna razón válida. Lo mismo es aplicable a la felicidad. La única razón por la que eres feliz es porque tu decides ser feliz. La felicidad es una elección, como también lo es el sufrimiento.