Para no llamarte ahogo mi voz en el sonido de las conversaciones cotidianas, las convierto en palabras q no tienen nada q ver con lo que verdaderamente pienso. La hago decir que el calor, que la humedad, q los trenes q no llegan a horario, q este verano se usó mucho el verde seco, q tengo q leer el último libro de Vargas Llosa.
Para no llamarte.
Para no llamarte me muerdo los labios, aprieto los puños.
Trato de olvidarme de tu nombre porque tengo miedo de gritarlo en los sueños y que el aire lo lleve a tus oídos u vos, al escucharlo, te sonrías pensando q aún te quiero.