viernes, 8 de noviembre de 2013



Y así la mira él.
De la única forma que un hombre
mira a una mujer.
No es esa mirada furtiva ni arrogante.
No esas mirada de posesión.
No. Va más allá de todo lo que
has visto y has sentido. 
Es amor.
Así la mira, con una mirada que
enternecería al mismísimo diablo,
porque pudiendo ser sólo él,
lo arriesga todo por ser un nosotros.