Una vez leí que hay que hacerse amigo del viento, muy amigo del viento, hay que escucharlo, hay que entenderlo, hay que amarlo.
En este lugar los ojos que miran dan miedo, dicen que a veces solo basta un detalle para hacer estallar un corazón.
Una vez comencé a oír un torrente de voces, primero lejanas y luego muy nítidas que quieren escapar por mi garganta, y era el viento nuevamente que esta vez cantaba dentro de mi, haciendo aparecer diferentes seres en mi alma, todos diciendo, vamos, vamos a decirle al mundo que existimos. Desde entonces es que son cada vez más altos que voy cada vez más lejos para cantar ese canto a todos.
En este lugar los ojos que miran dan miedo, dicen que a veces solo basta un detalle para hacer estallar un corazón.
Una vez comencé a oír un torrente de voces, primero lejanas y luego muy nítidas que quieren escapar por mi garganta, y era el viento nuevamente que esta vez cantaba dentro de mi, haciendo aparecer diferentes seres en mi alma, todos diciendo, vamos, vamos a decirle al mundo que existimos. Desde entonces es que son cada vez más altos que voy cada vez más lejos para cantar ese canto a todos.