Hoy encontré de repente
unos versos que me escribiste
la noche que me dijiste
que me amabas locamente....
Y los leí confundida
vuestras palabras me herían
y otra vez sentí morirme
al recordar tu falsía...
Y pensé, cuanto tiempo
tardé sin poder olvidarte
rogando al cielo que volvieras
y pidiendo a Dios que no llegaras...
Esclava de la pasión que vivía
sedienta del amor que me negabas
ávida de caricias que ya no tenía
sufriendo por los besos que ya no me dabas....
Y mordiéndome los labios otra vez
guardé aquellos versos
que me hacían daño
pidiéndole a Dios que me quitara
de la mente tu recuerdo
y de mi alma, las huellas
que me dejo tu infamia...
El abandono me encontró
Durmiendo entre las sábanas
Una mañana de otoño
Cuando al mirarte ya no estabas.
¿Dónde fuiste a parar,
Amor dormido en el alma?
¿En qué corazón reposas ahora?
¿Quién te quiere más que yo?
Te perdí sin saber por qué,
Igual que te conocí,
Sin motivos ni promesas,
Sin hacer ninguna pregunta.
Pero el dolor es tan intenso,
La soledad tan fría y dura,
El silencio largo y oscuro,
Enorme y sola la tristeza.
¿Te encontraré algún día
Escondido en cualquier mirada?
¿Resurgirás en las cenizas
De alguna hoguera apagada?
¿Dónde, amor, te escondes?
¿Cuál es ahora tu morada?
unos versos que me escribiste
la noche que me dijiste
que me amabas locamente....
Y los leí confundida
vuestras palabras me herían
y otra vez sentí morirme
al recordar tu falsía...
Y pensé, cuanto tiempo
tardé sin poder olvidarte
rogando al cielo que volvieras
y pidiendo a Dios que no llegaras...
Esclava de la pasión que vivía
sedienta del amor que me negabas
ávida de caricias que ya no tenía
sufriendo por los besos que ya no me dabas....
Y mordiéndome los labios otra vez
guardé aquellos versos
que me hacían daño
pidiéndole a Dios que me quitara
de la mente tu recuerdo
y de mi alma, las huellas
que me dejo tu infamia...
El abandono me encontró
Durmiendo entre las sábanas
Una mañana de otoño
Cuando al mirarte ya no estabas.
¿Dónde fuiste a parar,
Amor dormido en el alma?
¿En qué corazón reposas ahora?
¿Quién te quiere más que yo?
Igual que te conocí,
Sin motivos ni promesas,
Sin hacer ninguna pregunta.
La soledad tan fría y dura,
El silencio largo y oscuro,
Enorme y sola la tristeza.
Escondido en cualquier mirada?
¿Resurgirás en las cenizas
De alguna hoguera apagada?
¿Dónde, amor, te escondes?
¿Cuál es ahora tu morada?
Así es, tal cual lo describe el poema.
Nunca nos preguntamos las razones por las cuales conocemos al amor, siempre preguntamos las razones por las cuales lo perdimos.
Nunca nos preguntamos las razones por las cuales conocemos al amor, siempre preguntamos las razones por las cuales lo perdimos.
Un beso de luna llena.