Ella me trajo cálidas y buenas cosas, nubes, soles, lunas y estrellas iluminando el camino ancho y largo, mirando nuevos paisajes verdes y altos, sintiendo nuevos olores invernales, otoñales, primaverales y veraniegos, compartir con gente buena que hacen melodía apenas te saludan, con una sonrisa que te alegran la vida y el alma, así es la gente del sur, que tiene la magia metida en sus huesos, esta, la magia del sur, me trajo nuevos caminos llenos de mundo, ensuciados de tierra y agua, la magia del sur me baño con su agua y me quito lo reseco del alma, me quito rencores y malos tratos, me quito lo sucio de los zapatos, la magia del sur me saco la foto mas bella que mis ojos jamas habían visto antes de llegar aquel lugar inmenso. Es verdad que extrañé mi lugar, pero estuve en tantos lugares desconocidos, que se hicieron míos con tan solo un suspiro, que me abrazaban y acogían cada vez que andaba sobre sus mantas entierradas, lloviznadas, que me motivaban, sentada bajo el árbol mas grande del lugar sintiendo la necesidad de llenarme de magia sureña de leyendas y aguas claras, de árboles milenarios e iglesias de madera gigantes, campanas sonantes, lluviosas, cariñosas, verdes, soles fríos, arte innata de mantos coloridos, humo de maderas secas, ríos caudalosos, volcanes que tocan el cielo, la belleza de la vida pegándose en mis retinas, sin poder imaginar paisajes de cuadros de pared, siendo parte del paisaje de este, mirando desde dentro del cuadro de pared, aun huelo el invierno eterno de la gran isla de Chiloé, volveré a pisar esas tierras mágicas de brujos con cuchara de palo y escobas voladoras, de barcos embrujados y sirenas cantoras, belleza de lugar con alma y espíritu que enamora con su cálida/fría ventisca, junto con sus aguas sonoras y corrientes que llevan al pasadizo del que alguna vez soñó con llegar al paraíso.